Este jueves, la Cámara de Diputados de la Nación aprobó, con 162 votos a favor, 55 en contra y 28 abstenciones, el proyecto impulsado por el oficialismo que suspende este año la celebración de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). La iniciativa fue girada al Senado, donde de ser aprobada, se convertirá en ley, modificando así el calendario electoral de 2025. La decisión ha generado revuelo político y un sinfín de interpretaciones sobre los efectos que esta medida tendrá en el proceso electoral.

El proyecto original que presentó el Gobierno de Javier Milei apuntaba a la eliminación definitiva del sistema de primarias. Sin embargo, la falta de consensos y apoyos para su propuesta obligó al oficialismo a modificar su postura y, finalmente, optar por suspender las PASO únicamente para este año, dejando abierto el panorama de cara a futuras elecciones.
Una encuesta cara
Nicolás Mayoraz, diputado del oficialismo y miembro de la coalición La Libertad Avanza, defendió la medida ante el pleno de la Cámara Baja. Según su visión, la suspensión de las PASO se presenta como una solución necesaria para las elecciones legislativas de 2025, considerando que “casi todos los sectores políticos tienen una visión crítica de la utilidad del sistema”. Para Mayoraz, las primarias, lejos de cumplir su función original, se han transformado en una “encuesta cara” más que en un mecanismo de selección de candidatos eficaz.
El sistema de primarias fue instaurado en Argentina a partir de la reforma política de 2009, con la intención de democratizar la selección de candidatos y transparentar el proceso electoral. Sin embargo, a lo largo de los años, las PASO han sido objeto de críticas, especialmente por los costos elevados y la complejidad logística que implica organizar un evento electoral de esta magnitud, con la participación obligatoria de todos los partidos.
De acuerdo con el sistema actual, los partidos deben presentar candidatos en las primarias, aunque no necesariamente múltiples listas para competir entre ellas. Esto ha llevado a que, en la práctica, muchos partidos no tengan competencia interna en las PASO, lo que ha generado aún más cuestionamientos sobre la utilidad de este mecanismo.
Oposición dividida
El debate sobre la suspensión de las PASO dejó en evidencia las divisiones dentro de la oposición. Por un lado, el Frente de Izquierda y de Trabajadores Unidad, a través de la voz de su diputado Christian Castillo, se mostró firmemente en contra del proyecto, tildándolo de una medida “funcional al Gobierno” que responde solo a sus intereses. En su intervención, Castillo subrayó la necesidad de preservar la democracia interna en los partidos y cuestionó la actitud del oficialismo de querer deshacerse de un sistema que, aunque imperfecto, permite cierta participación popular en la definición de candidatos.
Si el Senado aprueba esta suspensión, las elecciones legislativas de 2025 se llevarán a cabo sin la previa instancia de las PASO. Esto significaría que las candidaturas se definirán sin el filtro de unas primarias, lo que podría alterar significativamente la dinámica política de cara a los comicios de octubre.
Sistema en tensión
El sistema de primarias había sido concebido como una herramienta para darle mayor transparencia al proceso electoral y democratizar la selección de los candidatos. Sin embargo, en un contexto de desgaste de las instituciones políticas y desconfianza hacia los partidos tradicionales, la medida adoptada por el Gobierno de Milei refleja una clara muestra de las tensiones que atraviesan el sistema político argentino.
El futuro de las PASO sigue siendo incierto. Este año se suspenden, pero la pregunta que resuena es si el sistema tiene los días contados o si, con el tiempo, volverá a ocupar su lugar en el proceso electoral nacional. Los próximos movimientos políticos en el Senado, en la sociedad y en los partidos políticos dirán qué futuro le depara a este controvertido mecanismo electoral.