
El mes de octubre truncó la esperanza de que 2025 fuera el año con menos incendios forestales en Córdoba en las últimas dos décadas. Hasta septiembre, la situación parecía prometedora, con apenas 4.035 hectáreas quemadas, un número considerablemente bajo en comparación con los años anteriores. A ese ritmo, la provincia podría haber alcanzado un récord histórico, especialmente después de cinco años consecutivos de incendios devastadores.
Con la llegada de noviembre y diciembre, los incendios podrían seguir siendo una amenaza, especialmente en el noroeste provincial, donde los pronósticos indican un clima más seco.
Entre enero y junio, la superficie afectada por el fuego fue de 2.737 hectáreas, dentro de lo esperado para esos meses. Sin embargo, a partir de octubre, las condiciones climáticas cambiaron de manera drástica. Un calor intenso y vientos fuertes provocaron que el Parque Nacional Quebrada del Condorito se viera gravemente afectado, con 6.000 hectáreas quemadas en tan solo seis días, superando todo lo quemado en los primeros nueve meses del año.
Descontrolado
Además, un incendio en Guasapampa, en el noroeste provincial, sigue creciendo sin control, afectando áreas de difícil acceso y dañando ecosistemas de gran valor, como los bosques nativos. A pesar de los esfuerzos de bomberos y equipos de emergencia, el fuego persiste.
Aunque las cifras preliminares para el año aún podrían situarse entre las más bajas de los últimos 20 años, el peligro no ha cesado. Con la llegada de noviembre y diciembre, los incendios podrían seguir siendo una amenaza, especialmente en el noroeste provincial, donde los pronósticos indican un clima más seco.







