Este miércoles se conocerá el veredicto en una de las causas judiciales más sensibles de los últimos años: las muertes de bebés ocurridas en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba. Luego de cinco meses de audiencias, 99 testigos, declaraciones de los 11 acusados y la intervención de numerosos representantes legales, el juicio llega a su fin. La expectativa gira en torno a la situación de la enfermera acusada de provocar intencionalmente las muertes.
Dos hipótesis conviven con fuerza en el debate público y judicial. Por un lado, la Fiscalía sostiene que existen sobradas evidencias para condenarla. Se apoyan en pericias, registros clínicos y testimonios que, según su interpretación, configuran un patrón de conducta incompatible con la práctica profesional y sugieren dolo.
Más dudas que certezas
Por otro lado, la defensa y algunos sectores plantean que las pericias no lograron demostrar de manera fehaciente la responsabilidad directa de la trabajadora de la salud. Alegan que el proceso estuvo marcado por dudas técnicas, inconsistencias y una construcción acusatoria basada en conjeturas más que en pruebas concluyentes.
La resolución marcará no solo el destino de los acusados, sino también el modo en que el sistema judicial aborda casos de alta complejidad médica y emocional.
La última audiencia abrirá con la palabra final de Claudia Ringelgheim, exjefa de Tocoginecología, acusada por omisión de deberes. Luego, el jurado popular y los jueces técnicos deliberarán a puertas cerradas para determinar las responsabilidades penales y civiles.
La resolución marcará no solo el destino de los acusados, sino también el modo en que el sistema judicial aborda casos de alta complejidad médica y emocional.






