La Asamblea Nacional de Francia aprobó en primera lectura la creación de un “derecho a la asistencia en la muerte”, con 305 votos a favor y 199 en contra. La medida, impulsada por el presidente Emmanuel Macron, marca un avance significativo en el debate sobre el final de la vida y abre la puerta a la legalización de la asistencia en el tramo final de la vida y, en casos excepcionales, la eutanasia, aunque estos términos no figuran expresamente en el texto validado.
La propuesta establece cinco criterios acumulativos para acceder al procedimiento. El paciente debe padecer una enfermedad grave e incurable, en fase avanzada o terminal, que genere sufrimientos físicos o psíquicos constantes. Además, debe manifestar su voluntad de recibir una sustancia letal, que podrá autoadministrarse o ser aplicada por otra persona si se encuentra físicamente incapacitado.
Un paso significativo
Macron calificó la votación como un “paso importante” y subrayó la importancia de respetar las distintas sensibilidades sociales y éticas que atraviesan el debate. La ministra de Sanidad, Catherine Vautrin, expresó su expectativa de que la ley sea ratificada antes de las elecciones presidenciales de 2027.
Además, los diputados aprobaron por unanimidad una ley complementaria que refuerza el acceso a cuidados paliativos, considerada fundamental para garantizar una atención integral al final de la vida.
Actualmente, en Europa la muerte asistida es legal en Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo, Suiza y España. Además, hay legislación positiva en varios estados de Estados Unidos.
En contraste, en el Congreso argentino ingresaron desde 2021 al menos cinco proyectos de ley sobre muerte digna, entre ellos uno impulsado por legisladores de Córdoba, pero hasta ahora ninguno ha sido tratado en comisión.