
Las protestas contra el ajuste fiscal del presidente Emmanuel Macron y su nuevo primer ministro, Sébastien Lecornu, movilizaron ayer a centenares de miles de personas en Francia. Según las autoridades, unos 500.000 manifestantes participaron en todo el país, mientras que los sindicatos elevaron la cifra a más de un millón, en una clara demostración de fuerza antes de la presentación del presupuesto 2026.
La marcha más numerosa tuvo lugar en París, con más de 55.000 asistentes según la policía, desde la plaza de la Bastilla hasta la de la Nación.
La jornada estuvo marcada por disturbios en varias ciudades, 309 detenciones y 26 heridos, la mitad de ellos policías. En Lyon, un periodista de la televisión pública resultó lesionado. El Ministerio del Interior desplegó a 80.000 agentes y denunció la presencia de más de 7.000 radicales vinculados al grupo antisistema “black bloc”.
Gestos y adhesiones
El paro afectó a sectores estratégicos: la Torre Eiffel cerró, el Louvre limitó sus salas y 18.000 farmacias adhirieron a la huelga contra la reducción de márgenes en la venta de genéricos. En un gesto simbólico, sindicalistas irrumpieron brevemente en el Ministerio de Economía.

Aunque Lecornu aseguró que las demandas sindicales serán escuchadas, también condenó los actos de violencia. Nuevas movilizaciones están previstas para lo que resta del mes, en un clima de malestar social que evoca las masivas protestas de 2023 contra la reforma de las pensiones.








