La urgente necesidad de legislar contra la ludopatía: Un grito desde la Pastoral Social

La Pastoral Social remitió una carta expresando su apoyo al proyecto de ley para la Prevención de Ludopatía y Regulación de Juegos de Azar que tiene media sanción de la Cámara de Diputados de la Nación y que está en debate en la Cámara de Senadores.

En un país que a menudo se enfrenta a desafíos que afectan su tejido social, hay una amenaza silenciosa, que crece día a día, tomando las formas más insidiosas. La ludopatía, esa enfermedad que arrastra a miles de personas a la ruina emocional, social y económica, es uno de esos flagelos invisibles, pero devastadores, que requieren de la atención urgente de nuestros legisladores. La carta de la Pastoral Social, que apoya el proyecto de ley para la Prevención de Ludopatía y Regulación de Juegos de Azar y Apuestas en Línea, refleja no solo una preocupación legítima, sino también una verdadera demanda de justicia social.

El 27 de noviembre de 2024, la Cámara de Diputados de la Nación sancionó este proyecto de ley, pero aún falta el tratamiento en el Senado para transformarlo en ley. Y aquí surge una interrogante que nos interpela a todos: ¿es acaso esta una urgencia para la sociedad argentina o se puede esperar aún más? La respuesta es clara y rotunda: no. El daño que ya está causando el incremento desmedido de las apuestas online, la adicción al juego y la expansión de conductas compulsivas, especialmente en adolescentes y jóvenes, es una realidad que no puede seguir ignorándose.

Un grito compartido

Este es un grito compartido por padres, docentes, y muchos actores de la vida política y social, que ven cómo este problema se extiende en todos los rincones del país. Como denuncian las comisiones de Pastoral Social de las diócesis de Argentina, la expansión de la ludopatía está dejando huellas profundas en las comunidades: desde las escuelas hasta los clubes, desde los pueblos hasta las grandes ciudades. En todos esos lugares, la cultura del azar está tomando una fuerza arrasadora, promovida, además, por una publicidad agresiva que no hace más que fomentar la adicción, a costa de la salud mental y emocional de las personas.

El riesgo de generar una sociedad de ludópatas no es un tema menor. Es el riesgo de desterrar los valores fundamentales del trabajo, el esfuerzo y la responsabilidad, y sustituirlos por la falsa promesa de ganar fácil, sin importar el precio que se paga. Es un riesgo que atenta contra la libertad, esa que nos permite elegir nuestro destino, pero que, en este caso, se ve secuestrada por la dependencia del juego. Como bien apunta el texto, los adictos terminan perdiendo todo: su libertad, su dignidad y, lo más trágico, su capacidad de decidir.

Firmeza y esperanza

Por todo esto, la Pastoral Social no solo agradece el avance en la sanción del proyecto en la Cámara de Diputados, sino que pide con firmeza y esperanza que el Senado dé curso a esta ley sin más dilaciones. Lo hace no solo por la salud de los individuos, sino por la integridad de la sociedad misma, que está siendo golpeada en su núcleo más profundo.

Esta iniciativa no solo es una necesidad, sino una obligación moral y ética frente a una problemática que afecta a las familias, a las comunidades y, en última instancia, a la humanidad misma. La Pastoral Social se coloca al lado de quienes defienden una sociedad más justa, libre y responsable.

Es tiempo de legislar, es tiempo de actuar. Es tiempo de ponerle fin a la expansión de la ludopatía.

Con una fe que mueve montañas, la Pastoral Social continuará siendo un faro de esperanza y acción en esta cruzada.

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