El veredicto por la muerte de cinco bebés y agresiones a otros ocho en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba, entre marzo y junio de 2022, revela una vez más cómo la justicia penal de la provincia sigue funcionando bajo una lógica que antepone la “creatividad” judicial a la coherencia. La condena de la enfermera Brenda Agüero a prisión perpetua, alcanzada por mayoría, no sólo refleja la división interna de los ciudadanos comunes elegidos por sorteo para determinar la inocencia o culpabilidad de los acusados tras escuchar las pruebas presentadas durante el juicio histórico, sino también cómo la resolución del proceso se ajustó a la sentencia mediática y social que ya se había dictado en el momento mismo de la detención de la trabajadora de la salud, hace dos años.
La influencia decisiva de los jueces técnicos de la Cámara Séptima del Crimen, José Daniel Cesano y Laura Huberman, fue clave para alinear a la mayoría de los jurados populares hacia la culpabilidad de la enfermera. A través de un trabajo persuasivo, los magistrados lograron encaminar el veredicto, que, de otro modo, podría haber tenido un desenlace distinto. Sin embargo, esta condena, que sigue la narrativa mediática del caso, se da en un contexto de profundas contradicciones.
Diego Cardozo, uno de los “intocables” del gabinete del ex gobernador Juan Schiaretti, fue absuelto, lo que pone en evidencia la disparidad de criterios dentro del tribunal y el rol de los intereses políticos.
Contrastes y dudas
Un contraste claro se dio con la absolución -también por mayoría- del exministro de Salud, Diego Cardozo, acusado de encubrimiento. A pesar de su evidente implicación en el caso, Cardozo, uno de los otroras “intocables” del gabinete del ex gobernador Juan Schiaretti, fue absuelto, lo que pone en evidencia la disparidad de criterios dentro del tribunal y el rol de los intereses políticos. El fiscal, incluso, había solicitado una pena atenuada para él, pero correctivo al fin.
Este fallo, con condenas y absoluciones divididas, subraya la creciente influencia de los jueces técnicos en el curso del juicio. De este modo, la justicia en Córdoba, una vez más, hace alarde de su extraordinaria “creatividad”, forjando una sentencia que se ajusta a la condena mediática y social, pero refuerza la duda instalada desde hace una eternidad sobre la imparcialidad del sistema judicial ordinario de la provincia.







