En el marco de los 40 años del retorno democrático en Argentina, el Museo Sitio de Memoria ESMA conmemoró este jueves el décimo aniversario de su apertura como espacio de memoria, en homenaje a las víctimas del terrorismo de Estado durante la última dictadura militar (1976-1983). El acto estuvo marcado por duras críticas al gobierno de Javier Milei debido a los recortes en políticas públicas de derechos humanos.
Guillermo Pérez Roisinblit, nieto restituido por Abuelas de Plaza de Mayo e hijo de militantes desaparecidos en la ESMA, destacó: “Mi identidad recuperada demuestra que la memoria, asumida colectivamente, tiene un poder transformador”. Definió al museo como “un lugar donde cada rincón confronta el horror con el legado democrático”.
Degradación institucional
Por su parte, Ana María “Rosita” Soffiantini, sobreviviente del centro clandestino de detención, advirtió sobre “la desfinanciación, los despidos y la degradación institucional” y denunció “claras intenciones para debilitar nuestros logros en derechos humanos”.
El evento se realizó pocos días después de que el Gobierno nacional anunciara la reducción de la Secretaría de Derechos Humanos a subsecretaría, junto con un recorte del 40 % en su estructura y del 30 % en su personal.
En un contexto desafiante, el acto reafirmó el valor de la memoria, la verdad y la justicia como pilares fundamentales de la democracia argentina.
