Por Néstor Pérez (*)

Cuando la economía destroza las expectativas de los gobernados el sistema democrático se derrite; vacila por la frontera que separa la discrepancia del totalitarismo. Es precisamente en esa – ésta – malograda circunstancia donde debe alzarse la voz de quienes tienen legitimidad y aptitud social para hacerse oír. ¿Nosotros? Nosotros, los hombres y mujeres de prensa.
Puede que los periodistas hayamos extraviado el sentido de nuestra práctica en los días brumosos del fracaso colectivo -en alguna forma toda la sociedad lo hizo, ya es hora de asumir el fenomenal tropiezo que depositó a este feroz sujeto en la jefatura del país-, pero seguimos aquí, maltrechos y con hambre de pan y de justicia.
“No nos den por muertos aquellos que siempre han medrado con nuestros desencuentros”.
Néstor Pérez, periodista.
No nos den por muertos aquellos que siempre han medrado con nuestros desencuentros; ¡qué más quisieran los que nada saben de la concordia que construye! ¡Cuán grande sería su alegría si pudieran asfaltar con nuestra dignidad sus presagios de muerte! Aquí nos paramos para defender la soberanía del abrazo, y el horizonte de quienes no rinden presente ni futuro.
(*) Periodista y escritor.